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Blue Monday y el Trastorno Afectivo Estacional

Blue Monday es considerado por muchos el día más triste o deprimente del año. Este día se fija en el calendario el tercer lunes de enero, en una época en la que muchas personas sufren de trastorno afectivo estacional (TAE). De acuerdo con la psicología del color, el día es asociado al azul, al ser un color que denota pasividad, tristeza, pesimismo o apatía (1) y de ahí el nombre que se le asigna a este día.

Pero, ¿de dónde viene esta expresión y que hay de cierto en ella? 

El origen de esta expresión se remonta a 2005, y fue empleada por primera vez por el experto en motivación Cliff Arnall, quien además propuso una fórmula matemática que permitía demostrar por qué el tercer lunes del año era el día más triste. Esta fórmula fue modificada años después, quedando de la siguiente forma: 

Cliff Arnall - Blue Monday

  • W se refiere al clima, 
  • D a las deudas, 
  • d al salario mensual, 
  • T al tiempo transcurrido desde el fin de la Navidad, 
  • Q al tiempo desde que se intentó llevar a cabo algún propósito sin éxito, 
  • M al nivel de motivación, y 
  • Na a la necesidad de hacer algo. 

 

En ningún caso se especificó la forma de medir estas variables, ni siquiera las más concretas, como el tiempo desde Navidad, el salario o las deudas, y mucho menos las más abstractas, como el nivel de motivación o la necesidad de hacer algo. 

Si bien el hecho de que se haya desarrollado una fórmula matemática para medir qué día es el más triste del año parece dotarlo de credibilidad, nada más lejos de la realidad, pues un gran número de expertos argumentan la falta de principios metodológicos. Por tanto, el término Blue Monday es un término pseudocientífico y, a pesar de utilizar para su cálculo factores reales que afectan al estado anímico, el planteamiento de su ecuación es totalmente arbitrario (2). 

Un ejemplo de los factores reales que se tienen en cuenta para declarar el Blue Monday, el día más triste del año, y que afectan al estado de ánimo es el clima. Durante el invierno algunas personas experimentan una mayor tristeza sin causa aparente, especialmente en las zonas con menos horas de claridad durante estos meses. Esto es lo que se conoce como trastorno afectivo estacional y, aunque es más común experimentarlo durante los meses de invierno, hay personas que lo experimentan en primavera o verano.

¿Qué es el trastorno afectivo estacional? 

El trastorno afectivo estacional (TAE) es un estado de cambios estacionales del estado de ánimo caracterizado por una depresión recurrente generalmente en otoño o invierno que remite espontáneamente en primavera o verano. El cansancio, comer en exceso, el ansia por los carbohidratos y el estado de ánimo depresivo son los síntomas más comunes. En algunas personas, el TAE se convierte en una depresión que afecta gravemente a su vida cotidiana (3). 

Se trata de un trastorno multifactorial en el que intervienen mecanismos cronobiológicos relacionados con los ritmos circadianos, la melatonina, el recambio de serotonina y el fotoperiodismo, es decir, la duración de las horas de oscuridad en relación con las horas de luz en un periodo de 24 horas (4). 

Esta enfermedad tiene un alto riesgo de recurrencia y persistencia. Aproximadamente dos tercios de las personas diagnosticadas de TAE sufrirán de nuevo los síntomas el invierno siguiente a su diagnóstico. En los 5 a 11 años siguientes al diagnóstico inicial, entre el 22 y el 42% de los pacientes sigue padeciendo TAE, y entre el 33 y el 44% desarrolla un patrón no estacional en episodios posteriores. De hecho, el trastorno se resuelve por completo solo entre el 14 y 18% de los pacientes (3, 5).

¿Cómo se diagnostica este trastorno?

Los criterios de diagnóstico son los siguientes: 

  • Se observa una relación temporal entre la aparición de episodios depresivos y una época concreta del año. 
  • Las remisiones completas también se producen en un momento característico del año. 
  • En los últimos 2 años, se han producido dos episodios depresivos graves que demuestran las relaciones temporales definidas en los dos criterios anteriores, y no se han producido episodios depresivos mayores no estacionales durante ese mismo período.
  • Los episodios depresivos mayores estacionales (como los descritos anteriormente) superan en número a los episodios depresivos mayores no estacionales que pueden haber ocurrido a lo largo de la vida del individuo (5).

 

¿Existe un tratamiento para el TAE? 

El aspecto estacional del TAE ofrece una oportunidad prometedora para la prevención. Debido a la importancia de la disminución de la exposición a la luz en este trastorno, muchos estudios se han centrado en la eficacia de la fototerapia, utilizándose en la mayoría de los casos como primera línea de tratamiento. La fototerapia, también conocida como “terapia de luz” es una técnica que emplea radiaciones electromagnéticas y, en el caso del tratamiento para el trastorno afectivo estacional, luz visible de espectro completo (6). El modo de acción exacto de la luz brillante no está claro, pero se hipotetiza que se debe a la estimulación de las células ganglionares de la retina sensibles a la luz, las cuales contienen melanopsina, y se proyectan al hipotálamo donde se activa el núcleo supraquiasmático, centro principal de regulación de los ritmos circadianos, fundamentalmente a través de la inhibición de la síntesis de melatonina. La melatonina es una hormona implicada en la regulación del sueño, esencial para controlar el estado de ánimo y el comportamiento (figura 1). Además, la luz brillante influye en moléculas clave de la neurotransmisión como el transportador de serotonina, neuromodulador fundamental en la regulación del estado de ánimo y la conducta, y podría influir en las funciones inmunitarias (7, 8).

Trastorno Afectivo Estacional

Figura 1. Esquema de la ruta de la melanopsina a través de las células ganglionares de la retina hasta el núcleo supraquiasmático, centro principal de regulación de los ritmos circadianos. Imagen obtenida de: (9)

Por otro lado, la administración directa de melatonina, o de análogos de esta, tiene capacidad para restablecer los ritmos circadianos alterados, de forma independiente o en combinación con fototerapia, por lo que también son prometedores en el tratamiento del TAE (3). 

 

¿Qué papel tiene la genética en el TAE? 

En el proceso de regulación de los ritmos circadianos, como en prácticamente todos los procesos fisiológicos, intervienen proteínas específicas codificadas por distintos genes que componen el denominado “reloj molecular”. Por tanto, mutaciones en estos genes tendrán implicaciones en la regulación de los ritmos circadianos y pueden suponer una mayor o menor predisposición a padecer TAE. 

Una de las proteínas que forma parte del llamado reloj molecular es la proteína NPAS2, de sus siglas en inglés “Neuronal PAS domain-containing protein 2”, y existen estudios de asociación de genoma completo (GWAS) que demuestran su asociación con una mayor predisposición a trastorno afectivo estacional (10, 11). 

 

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Bibliografía

  1. Blue Monday: a depressing day of pseudoscience and humiliation | Psychology | The Guardian. (n.d.). Retrieved January 5, 2023, from https://www.theguardian.com/science/blog/2012/jan/16/blue-monday-depressing-day-pseudoscience
  2. Jan. 24 called worst day of the year. (n.d.). Retrieved January 5, 2023, from https://www.nbcnews.com/id/wbna6847012#.VXnhVkao1T8 
  3. Kaminski-Hartenthaler, A., Nussbaumer, B., Forneris, C. A., Morgan, L. C., Gaynes, B. N., Sonis, J. H., Greenblatt, A., Wipplinger, J., Lux, L. J., Winkler, D., van Noord, M. G., Hofmann, J., & Gartlehner, G. (2015). Melatonin and agomelatine for preventing seasonal affective disorder. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2015(11). https://doi.org/10.1002/14651858.CD011271.PUB2
  4. Ciarleglio, C. M., Resuehr, H. E. S., & McMahon, D. G. (2011). Interactions of the serotonin and circadian systems: nature and nurture in rhythms and blues. Neuroscience, 197, 8–16. https://doi.org/10.1016/J.NEUROSCIENCE.2011.09.036 
  5. Magnusson, A., & Partonen, T. (2005). The Diagnosis, Symptomatology, and Epidemiology of Seasonal Affective Disorder. CNS Spectrums, 10(8), 625-634. doi:10.1017/S1092852900019593 
  6. Información sobre el procedimiento de fototerapia | Memorial Sloan Kettering Cancer Center. (n.d.). Retrieved January 5, 2023, from https://www.mskcc.org/es/cancer-care/patient-education/about-your-phototherapy-procedure 
  7. Pjrek, E., Friedrich, M. E., Cambioli, L., Dold, M., Jäger, F., Komorowski, A., Lanzenberger, R., Kasper, S., & Winkler, D. (2020). The Efficacy of Light Therapy in the Treatment of Seasonal Affective Disorder: A Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Psychotherapy and psychosomatics, 89(1), 17–24. https://doi.org/10.1159/000502891
  8. Venkataramanujam Srinivasan, Domenico De Berardis, Samuel D Shillcutt & Amnon Brzezinski (2012) Role of melatonin in mood disorders and the antidepressant effects of agomelatine, Expert Opinion on Investigational Drugs, 21:10, 1503-1522, DOI: 10.1517/13543784.2012.711314
  9. Awad-Alkoziv H. Melatonina y melanopsina en el ojo: ¿amigos o enemigos?. ANALES RANF [Internet]. Royal National Academy of Pharmacy; An Real Acad Farm · year 2019 · volume 85 · issue 01:49-59.
  10. Kim, H. I., Lee, H. J., Cho, C. H., Kang, S. G., Yoon, H. K., Park, Y. M., Lee, S. H., Moon, J. H., Song, H. M., Lee, E., & Kim, L. (2015). Association of CLOCK, ARNTL, and NPAS2 gene polymorphisms and seasonal variations in mood and behavior. Chronobiology international, 32(6), 785–791. https://doi.org/10.3109/07420528.2015.1049613
  11. Partonen, T., Treutlein, J., Alpman, A., Frank, J., Johansson, C., Depner, M., Aron, L., Rietschel, M., Wellek, S., Soronen, P., Paunio, T., Koch, A., Chen, P., Lathrop, M., Adolfsson, R., Persson, M. L., Kasper, S., Schalling, M., Peltonen, L., & Schumann, G. (2007). Three circadian clock genes Per2, Arntl, and Npas2 contribute to winter depression. Annals of medicine, 39(3), 229–238. https://doi.org/10.1080/07853890701278795

Escrito por Debora Pino García

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